Padre Carlos Cardó SJ
La visitación, óleo sobre lienzo de Jacopo Carrucci (Jacopo da Pontormo) (1528 – 1529), iglesia de San Miguel y San Francisco, Carmignano, Toscana, Italia |
Por entonces María tomó su decisión y se fue, sin más demora, a una ciudad ubicada en los cerros de Judá.Entró en la casa de Zacarías y saludó a Isabel.
Al oír Isabel su saludo, el niño dio saltos en su vientre. Isabel se llenó del Espíritu Santo y exclamó en alta voz: "¡Bendita tú eres entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre! ¿Cómo he merecido yo que venga a mí la madre de mi Señor? Apenas llegó tu saludo a mis oídos, el niño saltó de alegría en mis entrañas. ¡Dichosa tú por haber creído que se cumplirían las promesas del Señor!"María dijo entonces:"Proclama mi alma la grandeza del Señor,y mi espíritu se alegra en Dios mi Salvador,porque se fijó en su humilde esclava,y desde ahora todas las generaciones me dirán feliz.El Poderoso ha hecho grandes cosas por mí: ¡Santo es su Nombre!Muestra su misericordia siglo tras sigloa todos aquellos que viven en su presencia.Dio un golpe con todo su poder: deshizo a los soberbios y sus planes.Derribó a los poderosos de sus tronos, y exaltó a los humildes.Colmó de bienes a los hambrientos,y despidió a los ricos con las manos vacías.Socorrió a Israel, su siervo; se acordó de su misericordia,como lo había prometido a nuestros padres,a Abraham y a sus descendientes para siempre".María se quedó unos tres meses con Isabel, y después volvió a su casa.
Atenta a la señal ofrecida por el
ángel en su anunciación, María sale de Nazaret para visitar a su pariente Isabel,
que estaba en avanzado estado de gestación. Va de prisa, movida por la caridad,
para ofrecer a Isabel la ayuda que en esos casos necesita una mujer, y para compartir
con ella la alegría que cada una, a su modo, ha tenido de la grandeza de Dios.
En cuanto Isabel oyó el saludo de
María, saltó de gozo el niño que llevaba en su seno, se sintió llena del Espíritu
Santo y exclamó: ¡Bendita tú entre las
mujeres y bendito el fruto de tu vientre! Es el saludo de Israel a las
grandes mujeres de su historia. Bendita entre las mujeres habían sido Yael y
Judit (de las que hablan los libros de los Jueces, c.24, y de Judit, c.13) que
aniquilaron al opresor y vencieron al enemigo de su pueblo.
María, con su obediencia a la
Palabra, aniquila y vence al enemigo de la humanidad. Ella lleva en su vientre
el fruto de la descendencia de Eva, que pisotea la cabeza de la serpiente (Gen 3). En ella toda la creación se
torna bendición y vida.
Isabel comprende que María lleva
ya en su seno al Señor, y añade: “¿Quién soy
yo para que me visite la madre de mi Señor? Porque en cuanto oí tu saludo, el
niño saltó de alegría en mi seno. ¡Dichosa tú que has creído! Porque lo que te
ha dicho el Señor se cumplirá”.
Pocos títulos atribuidos a María
expresan mejor que éste la función excepcional que le tocó cumplir en el plan
de salvación. “Porque, si la maternidad
de María es causa de su felicidad, la fe es causa de su maternidad divina”
(Teilhard de Chardin). María es la creyente, la que escucha la palabra de Dios
y la cumple. Por eso, la llena de gracia, la Madre del Señor, es también Madre
y figura de la Iglesia, comunidad de los creyentes.
Cuando Isabel termina sus
alabanzas, María dirige la mirada a su propia pequeñez, fija luego sus ojos en Dios,
de quien procede todo bien, y entona un cántico de alabanza. María responde a
lo que Dios -el
Santo, el todopoderoso, el misericordioso- ha
hecho con ella al elegirla como madre del Salvador. Con su canto, María nos
ayuda a descubrir el sentido de nuestra vida y agradecer los beneficios
recibidos.
En María la humanidad y la
creación entera cantan la fidelidad del amor de Dios. Es un canto que sintetiza
la historia de la salvación, contemplada del lado de los pobres y sencillos que
sienten a Dios a su favor. Con Israel, María no duda en alabar a Dios por sus
preferencias, porque dispersa a los
soberbios de corazón, derriba del trono a los poderosos, enaltece a los
humildes, colma de bienes a los hambrientos y despide vacíos a los ricos.
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