P. Carlos Cardó, SJ
Cristo caminando por el agua, óleo sobre lienzo de Amédée Varint
(siglo XIX), Museo Británico, Londres
|
En aquel tiempo, inmediatamente después de la multiplicación de los panes, Jesús hizo que sus discípulos subieran a la barca y se dirigieran a la otra orilla, mientras Él despedía a la gente. Después de despedirla, subió al monte a solas para orar. Llegada la noche, estaba Él solo allí.Entre tanto, la barca iba ya muy lejos de la costa y las olas la sacudían, porque el viento era contrario. A la madrugada, Jesús fue hacia ellos, caminando sobre el agua. Los discípulos, al verlo andar sobre el agua, se espantaron y decían: "¡Es un fantasma!" Y daban gritos de terror. Pero Jesús les dijo enseguida: "Tranquilícense y no teman. Soy yo".Entonces le dijo Pedro: "Señor, si eres tú, mándame ir a ti caminando sobre el agua". Jesús le contestó: "Ven". Pedro bajó de la barca y comenzó a caminar sobre el agua hacia Jesús; pero al sentir la fuerza del viento, le entró miedo, comenzó a hundirse y gritó: "¡Sálvame, Señor!" Inmediatamente Jesús le tendió la mano, lo sostuvo y le dijo: "Hombre de poca fe, ¿por qué dudaste?"En cuanto subieron a la barca, el viento se calmó. Los que estaban en la barca se postraron ante Jesús, diciendo: "Verdaderamente tú eres el Hijo de Dios".Terminada la travesía, llegaron a Genesaret. Apenas lo reconocieron los habitantes de aquel lugar, pregonaron la noticia por toda la región y le trajeron a todos los enfermos. Le pedían que los dejara tocar siquiera el borde de su manto; y cuantos lo tocaron, quedaron curados.
Después de la multiplicación de los panes (Mt 14,13-22), Jesús despide a la gente y ordena a sus
discípulos que suban a una barca y crucen el lago, mientras Él se retira solo a
un monte para orar. Se retiraba a menudo a rezar. Era consciente de que
vivía en plena comunión con Dios, su Padre, pero sabía reservarse en medio de
su actividad momentos determinados para estar a solas con Él.
El solo recuerdo de la importancia que daba Jesús a la oración en
su vida personal debería bastarnos para dedicar nosotros también un tiempo diario
a la oración, aunque andemos llenos de actividades y preocupaciones. La fe cristiana
no es una ideología, ni una simple moral, sino una experiencia de amistad y amor
que Dios ofrece y que debemos acoger y cultivar. Por medio de la oración, la fe
irá dando coherencia y sentido a lo que somos y hacemos, irá configurando
nuestro ser con el de Jesucristo.
Mientras Jesús ora, los discípulos
reman trabajosamente en medio del “mar”, es ya noche y están solos. Sopla el viento
y la barca es zarandeada por las olas todavía muy lejos del lugar a donde se
dirigen. Se sienten suspendidos sobre las aguas que se los pueden tragar. Jesús
les había hablado en una de sus parábolas del viento que es capaz de derrumbar una casa que no está bien
construida (Mt 7, 27). Asimismo,
en la Biblia, que ellos conocen, el mar
representa el peligro más temible, el lugar en el actúan las fuerzas caóticas
amenazadoras (Jn 1,4-16),
el abismo donde habitan los monstruos feroces (Dn 7,2ss).
De madrugada Jesús va a su
encuentro andando sobre el agua. Su silueta, apenas visible por la bruma, les parece un fantasma. Atemorizados,
se ponen a gritar. Pero Jesús los tranquiliza: ¡Ánimo, soy yo, no tengan
miedo! La presencia de Jesús, sus palabras “YO SOY” y su exhortación a la
confianza, evocarían en ellos escenas bíblicas de revelación de Dios (Ex 3,14; Dt 32,39; Is 43,10-12).
Jesús aparecía ante ellos como su salvación.
Pedro, impetuoso como siempre, le pide
llegar hasta Él caminando sobre el agua. Jesús se lo concede, pero un golpe de
viento lo hace tambalear, comienza a hundirse y grita: Señor, sálvame. Jesús
le dice: Hombre de poca fe, ¿por qué
dudaste? Subieron juntos a la barca, el viento amainó y todos se postraron
ante Jesús confesando: Realmente eres Hijo de Dios.
El miedo paraliza y confunde. Es una experiencia que todos hemos
tenido en mayor o menor grado. Aquí tiene un contenido eclesial, porque la
barca de Pedro con los discípulos simboliza a la Iglesia. En ella nos puede
sobrevenir el temor y la duda de fe cuando no podemos compaginar esas dos
imágenes bíblicas de la Iglesia: la de
la casa construida sobre roca, que sugiere estabilidad y
seguridad, y la de la barca, que se mueve y navega no siempre por mares
tranquilos sino encrespados, golpeada por los vientos. A veces en la Iglesia las
cosas no son como deberían ser, y podemos olvidar que es la casa de Cristo,
construida sobre roca, y la barca en la está siempre Jesús a pesar de las
tormentas.
El relato hace referencia también
al camino de la fe, en general, que no es un camino llano sino sembrado a veces
de agitaciones, dudas y caídas. La duda está en medio entre la incredulidad y
la fe. Y de una u otra forma todos pasamos por ella.
La experiencia de Pedro se
reproduce igualmente en nuestro camino de fe. Como él, hemos oído el
llamamiento del Señor y lo hemos seguido. Como él, confiando en la gracia del
Señor hemos podido avanzar a pesar de obstáculos y dificultades. Pero como Pedro
también sentimos a veces la necesidad de agarrarnos del Señor, o incluso la
necesidad de implorar: ¡Señor, sálvame!
Reconocemos que sólo el Señor puede librarnos y esta experiencia abre en
nuestro interior el espacio para que su gracia actúe.
Jesús, que camina sobre las aguas,
vencedor de todas las fuerzas del mal, está con nosotros en su palabra y en su pan. Pero lo podemos sentir como ausente o interpretar su
presencia como si fuera un fantasma, y no nos fiamos de su palabra. Mantener el
sentido de su presencia y confiar en Él es elevarse por encima de toda adversidad
y superarla.
¡Ánimo, soy
yo, no tengan miedo!, es el mensaje central de Jesús
en este evangelio. Cualesquiera que sean los problemas, miedos y fantasmas que
nos envuelvan hasta hacer tambalear nuestra fe, siempre nos llegan sus palabras
de aliento: ¡Ánimo, Yo soy, no tengan
miedo! Entonces tenemos que agarrarnos a Él. Y tenemos también que alargar
la mano y ayudar a tantas personas que nos necesitan.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Nota: sólo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.