viernes, 29 de mayo de 2020

Diálogo del Resucitado con Pedro (Jn 21, 15-19)

P. Carlos Cardó SJ
Crucifixión de San Pedro, óleo sobre tabla de Guido Reni (1604 – 1605), Museos Vaticanos, Roma
En aquel tiempo, le preguntó Jesús a Simón Pedro: "Simón, hijo de Juan, ¿me amas más que éstos?".Él le contestó: "Sí, Señor, tú sabes que te quiero".Jesús le dijo: "Apacienta mis corderos".Por segunda vez le preguntó: "Simón, hijo de Juan, ¿me amas?".
Él le respondió: "Sí, Señor, tú sabes que te quiero".Jesús le dijo: "Pastorea mis ovejas".Por tercera vez le preguntó: "Simón, hijo de Juan, ¿me quieres?".
Pedro se entristeció de que Jesús le hubiera preguntado por tercera vez si lo quería, y le contestó: "Señor, tú lo sabes todo; tú bien sabes que te quiero".Jesús le dijo: "Apacienta mis ovejas. Yo te aseguro: cuando eras joven, tú mismo te ceñías la ropa e ibas a donde querías; pero cuando seas viejo, extenderás los brazos y otro te ceñirá y te llevará a donde no quieras".Esto se lo dijo para indicarle con qué género de muerte habría de glorificar a Dios.Después le dijo: "Sígueme".
Puede verse que al confiar Jesús su misión a Pedro, no hace referencia a poderes ni prerrogativas, sino a las obligaciones que caracterizan al Buen Pastor de su parábola (cap.10) y que tienen que ver con la relación cercana del pastor con sus ovejas: las conoce y ellas lo conocen, las llama por su nombre, les inspira toda confianza para que lo sigan sin temor y, sobre todo, da su vida por ellas.
Jesús quiso prolongar su palabra y su obra en la labor evangelizadora de los discípulos que escogió. Ahora quiere prolongar en la persona de Pedro, y en su misión dentro del rebaño de su Iglesia, el mismo cuidado y solicitud con que procuró en todo momento que conservaran la unidad y guardaran su palabra en medio de las adversidades del mundo.
Le preguntó de nuevo: Simón de Juan... y la respuesta de Pedro es la misma; afirma su vinculación a Jesús como amigo y se remite a su saber. Jesús le dice pastorea mis ovejas, asociando al discípulo a su oficio de buen pastor, que se entrega por las ovejas.
Por tercera vez le preguntó: Simón de Juan ¿me quieres? Pedro advierte que le pregunta por tercera vez porque tres veces lo negó, y se entristece, se mueve a una rectificación total. Pedro había seguido al Señor como quien vive sometido a un jefe. Lo que le pide Jesús es la adhesión que da libertad, porque se basa no en la subordinación sino en la amistad. Pedro ha de tener esto para dar su respuesta, que será la definitiva.  Ahora ve que no puede tener secretos para Jesús y que éste conoce perfectamente la calidad de su adhesión. Por eso dice: Señor, tú lo sabes todo…
Y Jesús con sus palabras, Apacienta mis ovejas, sintetiza las dos invitaciones anteriores, moviendo a Pedro a considerar como misión suya el hacer que los hermanos encuentren vida. Pero para esto, tendrá que estar dispuesto a entregar su propia vida. Por eso añade Jesús: Cuando eras joven…ibas donde querías, cuando seas viejo otros te ceñirán y te llevarán donde no quieras ir. Le predice con ello que su destino será dar su vida en la cruz como él. Dicho esto, añadió: Sígueme. Pedro inicia, o recomienza, su discipulado, sigue los pasos de Jesús en su vida y en su muerte.
Muestra mucho amor porque mucho se le ha perdonado dijo Jesús de la pecadora que vertió sobre sus pies un vaso de perfume (Lc 7, 40-43). Tres veces afirma Pedro el amor que tiene a Jesús, porque le ha perdonado su triple negación. Ya solo le interesa que su Señor, que lo sabe todo, tenga presente el afecto que le tiene. Asimismo, muestra mucho amor el cristiano porque se siente tocado por la misericordia del Señor. Se sabe conocido y aceptado plenamente por Él, y esto le da la confianza necesaria para ir tras Él en su camino de amor y de servicio, aun donde no quiera ir.

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